Vivo en Sant Cugat y soy una persona bastante activa. Siempre he practicado deporte, principalmente el tenis.
Hace aproximadamente unos 5 años comencé a sentir molestias en la cadera derecha mientras jugaba. Con el tiempo incrementaron hasta el punto que me veía imposibilitado para seguir jugando. Un buen traumatólogo me diagnosticó una necrosis en el acetábulo superior de la cadera derecha de unos 2 cm, que me provocaba inflamación, dolor y limitación del movimiento. Según el la única solución posible era pasar por una operación para poner una prótesis de superficie en la cadera. Una amiga con molestias en el cuello y espalda que se visitaba en el consultorio de la Dra. Angela Olaru, me comentó que estaba muy satisfecha con los resultados. Aún siendo sus problemas distintos a los míos, decidí concertar una primera visita.
La doctora Angela confirmo que me ayudaría y desde entonces he aparcado la opción de someterme a una operación.
Comenzamos enfocando el tratamiento a mi dolencia, realizando paralelamente ejercicios localizados con la intervención también del fisioterapeuta y de un podólogo que me realizó un estudio de la marcha, notando una mejora sustancial a los pocos meses. De hecho desde entonces, la doctora hace un seguimiento periódico pero el tratamiento es global y ni noto mi la cadera.
Con esta experiencia, he aprendido y experimentado que el cuerpo es un todo, en el que todas las partes están relacionadas. Cuando se consigue una perfecta coordinación entre ellas aumenta la energía vital, el bienestar físico y psíquico, y la calidad de vida.
Una columna vertebral en buen estado significa un sistema nervioso libre de interferencias y por tanto una fuente de salud.
El mero hecho de acudir a la consulta y de cambiar impresiones con la doctora me ha hecho también reflexionar sobre cómo afrontar la vida y las dificultades inesperadas que surgen.
Estoy convencido de que nuestras limitaciones están en la mente, no en el físico, por ello debemos aprender a eliminar estas barreras.
También he adquirido nuevos hábitos en mi día a día como la realización de ejercicios para proteger la columna y caderas, incorporación de alimentos más sanos en la dieta, intento evitar los fármacos sustituyéndolos por remedios naturales, también he reconsiderado mi actividad deportiva, practicando otros deportes menos agresivos en mi caso, etc…En resumen, he aprendido a cuidarme un poco más.
Por todo ello y porque considero que es una especialidad preventiva recomendaría sin dudarlo el cuidado quiropráctico profesional a cualquier persona, incluso a aquellas que se encuentran en un óptimo estado de salud con el objetivo de mantenerlo en el tiempo. Mi esposa e hijos ya lo reciben.
Gracias a nuestra permanente ‘Asesora de Salud’ y al resto del equipo por hacernos sentir mejor.