Quería mejorar el cuidado de mi columna. Vine con una lumbociatalgia y algo de miedo. Nunca me había dejado manipular las vertebras.
Mi experiencia fue altamente positiva. Tras los primeros contactos, la profesionalidad de Angela me convenció y me abandoné en sus manos, que desde la primera vez me transmitieron confianza.
El dolor remitió a las pocas semanas pero sigo bajo cuidado quiropráctico cada dos meses, desde hace tres años.
He aprendido aceptar con gratitud lo que tengo y cuidar mi columna de manera continua. Estoy más atento a la ergonomía y cuido mis abdominales.
Desde luego recomiendo la quiropráctica pero solo con un buen profesional.