Empecé a tener síntomas en las vías respiratorias cuando era pequeño. Un simple resfriado se convertía en un exceso de mucosidad que acababa en infección vírica y más tarde se convirtió en rinitis alérgica. Era muy molesto porque me impedía respirar bien y me hicieron pruebas para averiguar la causa. Tenía alergia a los hongos de la humedad.
Me trataron con fármacos, probé la homeopatía…, pero los síntomas persistían e incluso se agravaron cuando tuve ataques de asma. La crisis empezaba con un empeoramiento progresivo de la falta de aire y acababa en urgencias donde me ponían una mascarilla con un broncodilatador para abrir y relajar las vías respiratorias.
El tratamiento para controlar el asma era utilizar inhaladores y fármacos y a la vez iniciar unas pruebas para hacer una vacuna específica para mí.
Conocí a la Dra. Olaru a través de mi madre y empecé el tratamiento quiropráctico. Ya en las primeras sesiones noté que respiraba mucho mejor y mi sorpresa fue que las crisis de asma desaparecieron. Y ahora sigo asistiendo porque sé cuándo necesito un ajuste para que mi cuerpo funcione correctamente.